Romanticismo:
Surge en Europa a principios
del siglo XIX, en reacción contra el espíritu racional e hipercrítico
de la Ilustración y el Clasicismo.
La temática utilizada se ve
reflejada en paisajes, animales salvajes y domésticos, la pintura costumbrista,
la magia y la superstición.
Vemos como favorece la
supremacía del sentimiento, la tendencia nacionalista, el liberalismo, la
originalidad y la creatividad frente a lo tradicional y la imitación. La figura
pretende ser realista, por ende no evita mostrar el sufrimiento, la deformidad,
la muerte.
Durante este período
predominó el óleo, se desarrolló la acuarela, aunque también estuvo presente el
dibujo y el grabado.
El romanticismo es una revolución
artística, política, social e ideológica tan importante que todavía hoy viven
muchos de sus principios: libertad, individualismo, democracia, nacionalismo,
etc.
Este movimiento arranca de aquel sujeto
que la ilustración reivindica frente al hombre que el cartesianismo deja en
manos del Ser Supremo. La autonomía del sujeto como primer logro del
pensamiento ilustrado es fundamental para la concepción que el hombre romántico
tiene de sí mismo y en relación a la Naturaleza.
Sus más memorables
representantes fueron Francisco de Goya, Delacroix, Caspar David Friedrich,
Théodore Géricault.
Breve
reseña de Eugene Delacroix:
Pintor
francés cuya obra constituye un gran exponente del romanticismo del siglo XIX y
cuya influencia se extendió hasta los impresionistas. Delacroix nació el 26 de
abril de 1798 en Charenton-Saint Maurice, y fue discípulo del pintor francés
Pierre Guérin. Recibió una formación neoclásica dentro de la escuela del pintor
francés Jacques-Louis David, pero su estilo se vio influenciado por el rico
colorido y la opulencia de maestros anteriores, como Petrus Paulus Rubens y
Pablo Veronés. También absorbió el espíritu de su contemporáneo Théodore
Géricault, cuyas primeras obras representan la acción violenta, el amor a la
libertad y el romanticismo en ciernes del turbulento período postnapoleónico.
La carrera artística de Delacroix empezó en 1822 cuando su primer cuadro, Dante
y Virgilio en los infiernos (1822, Louvre, París), fue aceptado en el Salón de
París. En 1824 obtuvo un gran éxito popular con Las matanzas de Kíos (Louvre),
que representa el tema heroico de la lucha de los griegos por la independencia.
En 1825 viajó a Inglaterra donde estudió la obra de los pintores ingleses. La
influencia de Richard Parkes Bonington, que pintaba con colores brillantes, se
manifiesta en obras posteriores de Delacroix como La muerte de Sardanápalo
(1827, Louvre).
Su obra
más romántica y tal vez la más influyente es La libertad guiando al pueblo,
también conocida como La barricada (1830, Louvre), una glorificación
semialegórica de la idea de libertad. Delacroix fue durante toda su
vida el pintor romántico más importante de Francia. Un viaje al norte de África
en 1832 le proporcionó un amplio repertorio temático que plasmó en más de 100
cuadros de gran sensualidad. Recibió además muchos encargos oficiales para
hacer murales y decorar el techo de diversos edificios gubernamentales. Muchas
de sus últimas obras, en especial las pinturas de animales, escenas de caza y temas
marinos, son excepcionales, pero otras exhiben una cierta aridez en su
ejecución y falta de inspiración.También ilustró varias obras de William
Shakespeare, Walter Scott y Johann W. von Goethe.La técnica de Delacroix, de grandes
contrastes de color, que aplicaba con pequeños golpes de pincel creando un
particular efecto de vibración, influyó de forma importante en los
impresionistas. También es célebre por sus Diarios, en los que se manifiesta su
talento literario y expresa sus opiniones sobre el arte, la política y la vida. Delacroix
murió el 13 de Agosto de 1863 en París.
Descripción de la
obra “La libertad guiando al pueblo”:
La Libertad guiando
al pueblo es un cuadro pintado por Eugène
Delacroix en 1830 y
conservado en el Museo del
Louvre de París.
El lienzo
representa una escena del 28 de julio de 1830 en la que el
pueblo de París levantó barricadas. El rey Carlos X de Francia había
suprimido el parlamento por
decreto y tenía la intención de restringir la libertad de prensa. Los
disturbios iniciales se convirtieron en un levantamiento que desembocó en una
revolución seguida por ciudadanos enojados de todas las clases sociales. No
existió un único cabecilla. Por eso Delacroix representa a la Libertad como
guía que conduce al pueblo. Tampoco está representada de una forma abstracta, sino que es
una figura alegórica muy sensual y real.
El espectador
sólo tiene dos posibilidades, el unirse a la masa, o el ser arrasado por ella.
El pueblo es la unión de clases: se representa al burgués con su sombrero de
copa y empuñando el fusil, al lado un andrajoso y un herido que pide clemencia
a Francia. Al fondo aparecen brumas y humos de la batalla que diluyen un barrio
francés bastante realista. A los pies de la Libertad un moribundo la
mira fijamente indicándonos que ha valido la pena morir por ella.
El tema de la
obra es la insurrección burguesa que tuvo lugar los días 27, 28 y 29 de julio de1830 (denominadas
«las Tres jornadas gloriosas»). Es una de las revoluciones burguesas, y más
concretamente la que puso fin al terror blanco tras los dieciséis años de la
restauración de la monarquía borbónica, encarnada en el ultraconservador de Carlos X, que fue expulsado del trono y
sustituido por Luis Felipe de Orleans, el llamado Rey
burgués, con lo que se consumó el acceso al poder de la burguesía liberal,
aunque no se instauró la república. Delacroix estuvo del lado de los
revolucionarios, es más, él mismo se ha representado en el cuadro como el
hombre que lleva el sombrero de copa negro y que se encuentra entre los
combatientes y en primera fila.
La revuelta se
inició el 27 de julio como protesta contra una serie de ordenanzas que
restringían libertades ciudadanas. En esa noche jóvenes republicanos se
pusieron al frente de la insurrección y ya de día se elevaron barricadas (de
hecho al cuadro se le conoce también como La Barricada). El día 29
los revolucionarios eran dueños de la ciudad. La revuelta rebasó las fronteras
de Francia y dio lugar a
levantamientos similares, de lucha contra los monarcas reaccionarios o de
liberación nacional (como los belgas sublevados
contra los holandeses), en varios países europeos.
Según G. C. Argan nos encontramos ante el primer
cuadro político de la pintura moderna, pues en su opinión la historia
contemporánea es la lucha política por la libertad. Libertad que, según este
mismo autor, estaba ligada indisolublemente en aquella época al concepto de
Patria. De ahí que la figura central de la mujer, que es alegoría de la
libertad, lo sea también de la nación. Hemos de recordar que la lucha por la
libertad y por la nación (el nacionalismo) es una
constante en los románticos.
Fuentes:
re lindo pau!!!!!
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